Más Allá del Arte: Reflexiones sobre Creatividad y Mindfulness
Desde mis primeros recuerdos, el arte y la creatividad han sido fundamentales en mi vida. Dibujar, pintar, hacer manualidades y llenar las páginas de mis diarios me han acompañado siempre. Sin embargo, al adentrarme en la práctica del mindfulness y la expresión creativa con atención plena, empecé a cuestionarme: ¿Deseo hacer arte o simplemente expresarme creativamente? ¿Cuál es la diferencia entre el arte y la expresión creativa, y cómo encaja mi trabajo en este contexto?
Mi trayectoria en el arte comenzó con el claro deseo de ser profesora de artes plásticas. Inicié estudios en Bellas Artes con la esperanza de compartir la creatividad con otros. Sin embargo, cambié de rumbo y ahora trabajo en una agencia gubernamental, supervisando proyectos de comunicación y gestionando nuestra página web.
El cambio más profundo en mi vida llegó en 2020 con la devastadora pérdida de mi hijo mayor. Para sobrellevar el dolor, recurrí al mindfulness y a la expresión creativa, encontrando pequeños momentos de paz en la creación. Luego, como consecuencia de contraer long covid, mi salud se deterioró y, recientemente, he sido diagnosticada con EM/SFC (Encefalomielitis Miálgica/Síndrome de Fatiga Crónica).
Durante mis momentos más oscuros —el duelo por la pérdida de mi hijo y los efectos físicos y emocionales de la enfermedad— crear no fue una elección, sino una necesidad. No para ser "artista" en el sentido tradicional, sino para sobrevivir, expresar lo que no podía poner en palabras y encontrar un espacio de sanación.
Expresarme creativamente se ha convertido en mi refugio, permitiéndome procesar el dolor y la tristeza que no puedo verbalizar. Dibujar, pintar y llenar mi diario me ayudan a explorar emociones profundas. Gracias a mi formación como instructora de mindfulness y profesora de arte consciente, he aprendido que no se trata de perfección, sino de estar presente en el proceso creativo. La creatividad, desde un enfoque consciente, me permite explorar mis emociones y pensamientos sin juicio.
El arte y la expresión creativa con atención plena no solo han sido sanadores para mí, sino que también lo enseño a otros, ayudándolos a conectarse con su creatividad y su ser interior. Es maravilloso crear en comunidad y ver cómo todos podemos aportar nuestras manos y nuestros ojos a esa fuerza creadora que fluye a través de nosotros, fortaleciendo nuestros lazos y permitiendo que la creatividad surja de manera más pura y auténtica. Al apartar el ego, nos convertimos en herramientas de esa fuerza creadora.
Creo que el arte tradicionalmente se define por la maestría técnica y la capacidad de adherirse a estándares estéticos y formales. Este enfoque valora la habilidad técnica y la capacidad de producir obras que cumplen con criterios específicos de belleza y ejecución. Por otro lado, la expresión creativa es un concepto más amplio que abarca cualquier acto de creación que surge del deseo de expresar pensamientos, emociones o ideas. No está necesariamente ligada a la técnica o a la estética formal, sino que se centra en el proceso de creación como una forma de comunicación personal y autoconocimiento.
Además, el Mindful Art (Arte consciente) incorpora principios de mindfulness, es decir, la atención plena y la presencia en el momento presente. En lugar de enfocarse únicamente en el producto final, el Mindful Art enfatiza el proceso creativo como una forma de meditación y autoexploración. Esta práctica fomenta una conexión más profunda conmigo misma y con el acto de crear, promoviendo la relajación, la reducción del estrés y el autoconocimiento.
La expresión creativa con atención plena combina la creatividad con la práctica del mindfulness. No solo se trata de crear, sino de hacerlo con plena conciencia de cada pensamiento, emoción y movimiento involucrado en el proceso. Esta forma de creación busca eliminar el juicio y las expectativas, permitiendo que la creatividad fluya de manera natural y auténtica. Cultivamos las actitudes del mindfulness y la compasión a través de la expresión creativa, a la vez que estas desbloquean y fomentan la creatividad, creando un ciclo virtuoso de crecimiento personal y creatividad.
A lo largo de este camino, he llegado a la conclusión de que no tengo que elegir entre el arte y la expresión creativa; puedo integrar ambas. Me ubico en la intersección entre el arte tradicional y la expresión creativa, combinando la técnica y la estética con la presencia y la autenticidad. En algunos momentos, mis creaciones pueden parecer más cercanas al "arte" tradicional; en otros, son simplemente expresiones personales que surgen del deseo de sanar y de conectar con el presente a través del arte consciente.
En esta intersección entre mindfulness y arte, he encontrado una nueva forma de estar en el mundo. He aprendido a aceptar la aparente dualidad entre la técnica y la libertad creativa, entre la disciplina y el fluir. Mi arte y mi expresión creativa con atención plena coexisten, sin que uno sea más importante que el otro.
A través de la expresión creativa con atención plena, he transformado mis experiencias más dolorosas en oportunidades para crecer, sanar y comprenderme mejor. El mindfulness y la creatividad no son solo herramientas, son formas de ser, de procesar lo que la vida me ha presentado.
Al final, no importa si es arte o expresión creativa. Lo que importa es que, en cada trazo, en cada página, en cada forma, encuentro un refugio y una manera de estar presente con lo que siento. El arte y la creación me han permitido hallar paz en medio del caos, y eso es todo lo que realmente valoro.
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